El Día Internacional del Orgullo es una oportunidad para visibilizar las diferentes orientaciones sexuales e identidades de género y para reclamar por el ejercicio efectivo de los derechos de las personas LGTBI que viven situaciones de discriminación y violencia en todo el mundo.
Es importante que todas las personas se sientan orgullosas de quienes son. En el caso de las personas con discapacidad que forman parte del colectivo LGTBI, esto adquiere aún más importancia, ya que durante mucho tiempo han sido invisibilizadas, silenciadas, infantilizadas o conceptualizadas como seres sin orientación sexual o sin deseos de una vida sexual. Las personas LGTBI con discapacidad se enfrentan a una discriminación interseccional y deben luchar constantemente contra el capacitismo y la LGTBIfobia.
Para la presidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (FELGTBI+), Uge Sangil, la invisibilidad de las personas LGTBI con discapacidad radica en que «se prioriza su discapacidad por encima de su orientación o identidad de género, por lo que esa parte del bienestar psicosocial desaparece, cuando deberían ir totalmente a la par».
Orgullo inclusivo y diverso
En CEMUDIS consideramos que la lucha por la defensa de los derechos humanos de todas las personas deber ser colectiva y sostenida, e involucrar la participación y el compromiso de toda la sociedad.
Desde nuestro espacio, defendemos los derechos humanos de las personas LGTBI y, en particular, de las mujeres y niñas con discapacidad que forman parte de este grupo social. Es fundamental trabajar en la eliminación de barreras y estereotipos, así como promover la inclusión y la aceptación de las personas LGTBI con discapacidad en la sociedad y dentro del propio movimiento LGTBI.
En este sentido, se debe garantizar que todas las políticas y programas destinados a mejorar la calidad de vida de las personas LGTBI, incluyan medidas específicas para garantizar la inclusión y accesibilidad de las mujeres con discapacidad. Esto implica el acceso a servicios y recursos que promuevan su autonomía y dignidad, así como la eliminación de barreras físicas y de comunicación.
Además, se debe promover la inclusión de personas con discapacidad en los espacios de liderazgo y toma de decisiones dentro del colectivo LGTBI para evitar que sean invisibilizadas.
En conclusión, para garantizar los derechos humanos de todas las personas, es necesaria una perspectiva interseccional que contemple la interacción de las discapacidades, identidades de género, orientaciones sexuales y otras características personales. Debemos seguir trabajando para construir una sociedad en donde todas las personas sean valoradas y respetadas en su plena diversidad.